¿Y si no fuera mala suerte, sino falta de merecimiento

Hay personas que, por más que lo intentan, sienten que no avanzan. Que siempre hay un techo invisible que las frena. Que por más que desean el amor, el éxito o la abundancia… algo dentro les dice que no es para ellas.

Eso, en muchas ocasiones, no es casualidad. Se llama creencia de no merecimiento.

Y lo más curioso es que no es algo racional. Puedes querer tener una relación sana o desear ganar más dinero, pero si en lo profundo crees que no lo mereces, tu subconsciente hará lo posible por sabotearlo.

Esta sensación muchas veces se instala en la infancia: cuando nos hacían sentir que teníamos que portarnos bien o sacrificarnos para que nos quisieran. Cuando recibíamos amor solo si cumplíamos ciertas expectativas. O cuando vimos a mamá o a papá renunciar a sus sueños, como si desear más fuera egoísta.

El mensaje que se graba es: “no soy suficiente”, “no valgo por mí misma” o “tengo que esforzarme para ser amada”.

Y así vamos por la vida: atrayendo relaciones donde tenemos que demostrar, trabajos donde no se nos reconoce, o situaciones donde damos mucho y recibimos poco.

Pero el merecimiento se puede reprogramar.

Lo primero es tomar conciencia. Pregúntate: ¿cuándo empecé a sentir que no merecía más? ¿De quién aprendí que no podía recibir sin dar algo a cambio?

Después, empieza a afirmarlo cada día, como un entrenamiento. “Merezco lo mejor sin tener que demostrar nada”. “Recibo con gratitud lo que el universo quiere darme”. “Soy perfecto/a tal y cómo soy y no tengo que hacer nada para que me quieran”.

Y, sobre todo, empieza a actuar como alguien que ya se siente merecedora. Di que no cuando algo no te hace bien. Regálate descanso, autocuidado y placer sin culpa. Acepta con gratitud los halagos, el amor, el dinero, la belleza de la vida… sin pensar que tienes que devolverlo o compensarlo.

El universo no te da lo que pides. Te da lo que crees que mereces.

Y tú, aunque aún no lo sepas, ya eres merecedoror de todo lo bueno.

Es hora de recordarlo.

Un besico,

Carmen.