Respiras fatal y no lo sabes (igual que conduces peor de lo que crees)

Todos creemos que sabemos conducir. Hasta que nos toca ir detrás de alguien que pone el intermitente tarde, frena sin motivo o nos corta el paso como si llevara prisa para llegar al Apocalipsis.

¿Y sabes qué? Tú también has sido ese conductor. Yo también. Todos lo hemos sido.

Con la respiración pasa lo mismo.

Creemos que lo tenemos controlado porque, o respiras o te mueres ¿no? Lo damos por hecho. Como si por llevar toda la vida haciéndolo ya fuéramos expertos.

Spoiler: no lo somos.

Respiramos mal. Corto, superficial, rápido. Y encima lo hacemos de forma automática, sin prestar atención, como si no tuviera ninguna repercusión en nuestra energía, en nuestra ansiedad, en nuestra concentración… en nuestra vida.

Pero aquí viene lo bueno: cuando respiras bien, todo cambia.

Literalmente. Tu sistema nervioso se regula. Tu mente se aquieta y se crean nuevas conexiones neuronales (súper importante si quieres mejorar cualquier aspecto de tu vida). Tu cuerpo entra en modo “gracias por no llevarme al límite hoy”.

Y lo mejor: puedes hacerlo en cualquier momento. No necesitas incienso, ni una esterilla, ni música de flautas andinas. Solo necesitas presencia.

La respiración consciente no es respirar “profundo” y ya. Es poner la atención ahí, en eso que haces todo el día sin darte cuenta. Es decidir que, por una vez, vas a dejar de pilotar en automático y vas a tomar el volante.

Porque sí, todos creemos que respiramos bien.

Pero si tu día a día es un caos, si tu cabeza no para, si te cuesta dormir o concentrarte o no morderle la cabeza a alguien a las 10 de la mañana…

Tal vez sea hora de revisar cómo estás conduciendo tu respiración.

Y si quieres que te enseñe a hacerlo mejor, ya sabes que puedes contactarme aquí o respondiendo a este email. 

Además me estoy preparando para facilitar a grupos una práctica gratuita de Sajeeva Hurtado y formar parte de un experimento súper interesante que está gran mujer esta realizando en Portugal. Si te interesa saber más y participar escríbeme y te cuento todo. 

Un besico,

Carmen