¿Sabes por qué necesitas tenerlo todo bajo control?

Porque te da un miedo que flipas perderlo.

El trabajo.

El dinero.

A esa persona.

La salud.

Tu imagen.

Lo que los demás piensan de ti.

Y eso cansa.

Agota.

Te convierte en una especie de marionetista emocional con hilos por todas partes… menos dentro de ti.

¿Y si te digo que detrás del control hay una herida?

Una parte de ti que no se sintió segura cuando era pequeña.

Que aprendió a anticiparse, a complacer, a callarse, a planearlo todo para sobrevivir.

Porque la incertidumbre dolía más que tragarse la rabia.

Pero el miedo no se va controlando más.

El miedo se va mirándolo de frente.

Entendiendo que no puedes evitar todos los terremotos de tu vida…

pero sí puedes aprender a habitarte mientras todo tiembla.

Y cuando lo haces, cuando dejas de sujetarlo todo tan fuerte,

ocurre lo que parece magia:

Tu cuerpo respira.

Tu mente se calla.

Tu alma se pone cómoda.

Y aparece la paz.

Te lo digo como psicóloga…

y como mujer que también ha intentado controlarlo todo y acabó rota.

¿Quieres aprender a soltar el control desde el amor y no desde el miedo?

Estoy preparando algo muy potente para ayudarte con eso.

Te cuento más pronto.

Un besico,

Carmen