Te escribo en plena siesta, recordando aquellos documentales de La 2 que me hacían la siesta más soporífera aún.

Seguro que tú también te acuerdas de aquella gacela pastando tan pancha a la que de repente, atacaba una pantera y tras una tensa persecución, la gacela lograba despistarla y al poco aparecía pastando de nuevo tan tranquila.

Me sorprendía mucho ver como podían reaccionar así, cuando hacía pocos minutos su vida había estado apunto de acabar devorada por la pantera.

Claro… las gacelas no piensan.

Otro gallo cantaría si la gacela pensara. Porque entonces pasaría semanas, meses o incluso años muerta de miedo y sin poder pastar tranquila pensando:

“la hijaputa de la pantera aquella… que casi me mata!”

La neurociencia ha demostrado que una emoción dura en nuestro cuerpo 90 segundos.

Repito: Solo 90 segundos.

Pero seguimos reviviendo en bucle una y otra vez esa emoción y todo lo que provoca en nuestro cuerpo gracias a nuestro pensamiento.

Haz con esta información lo que tú quieras.

Puedes usarla para pensar y sentir bonito, o para revivir una y otra vez aquello que te hizo tu ex, tu jefe… aquella situación que tanto te marcó.

Si llevas aquí un tiempo, ya sabes que durante años me sentí perdida, insegura y sola. Probé mil cosas… y nada duraba en el tiempo.

Hasta que descubrí cómo romper mis creencias limitantes, sanar mi historia y construir una relación sólida conmigo misma.

Hoy vivo con alegría, seguridad y amor, y ayudo a otras mujeres a salir del vacío emocional y recuperar su ilusión.

Me siento ligera, tranquila y libre como una gacela… y si quieres sentirte como yo, te ofrezco dos caminos para que empieces a cambiar tu vida YA:

• Sesiones individuales online (6-8 encuentros aprox.): apoyo personalizado para que dejes de sabotearte y avances sin excusas.
• Programa grupal online (3 meses): un viaje acompañada para reconstruir tu autoestima y abrirte al amor, propio y de los demás.

En pocas semanas aprenderás a:

• Callar tu ansiedad y esos pensamientos que te machacan.
• Liberarte del miedo al abandono o al rechazo.
• Reconocer tu valor y sentirte merecedora de amor y alegría… sin pedir permiso a nadie.

Da tu primer paso hoy: